El rover Curiosity de la NASA descubrió el cauce de una antigua corriente de agua en Marte. Sobre el lecho, el vehículo encontró piedras y sedimentos parecidos a los terrestres, con señales de haber sido modelados por el agua. Estos descubrimientos ayudan a los científicos a creer que en el Planeta rojo pudo haber existido vida tal y como la conocemos en la Tierra, no solo por estos indicios de una dinámica hidrológica similar a la terrestre, sino además, porque según las recientes investigaciones del Curiosity, el pH era neutro y los minerales podrían favorecer el desarrollo de microorganismos.
Las piedras fotografiadas muestran formas planas, suaves y redondeadas, con el mismo aspecto que las terrestres. En este antiguo lecho fluvial, bautizado como «Hottah», los guijarros se encuentran compactados con arena como si se tratara de cemento, lo que hace pensar que han sido desgastadas posteriormente por fuertes rachas de viento. Los resultados, que han sido elaborados por miembros de la NASA en colaboración con investigadores del Instituto Niels Bohr de Copenhague, fueron publicados en la revista Science.
Este hallazgo permite a los científicos reconstruir la historia climática del planeta. «Para poder mover y moldear estos cantos rodados, el agua debería de haber corrido entre diez centímetros y un metro de profundidad, circulando a una velocidad aproximada de 3,6 kilómetros por hora, más rápido que en los cauces habituales de muchos ríos», explica Morten Bo Madsen, líder del grupo de investigadores del Instituto Niels Bohr.
Es por eso que no se ha tratado de corrientes esporádicas que se evaporaran rápidamente, sino que el agua habría discurrido por dicho cauce durante periodos de tiempo prolongados. Probablemente, el planeta poseería una atmósfera más densa que la actual, con unas presiones superiores, pues en la actualidad la presión es cien veces menor que la terrestre.
Hasta ahora, se creía que el período templado de Marte había sucedido hacía tres mil millones y medio de años, pero a la vista de estos resultados, se piensa que este período podría acercarse hasta los dos o tres mil millones de años atrás. Este era el objetivo de la sonda que llegó al Planeta rojo en agosto pasado: averiguar si pudieran darse las condiciones adecuadas para la vida en la superficie de nuestro vecino.
Fuente: ABC.es
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