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miércoles, 17 de abril de 2013

Arrojar chicle en la vía pública es una amenza para la salud


 Lo que algunos ciudadanos calificarían como una insignificancia, podría generar serios problemas de contagio de enfermedades virales o bacterianas. El desagradable acto de arrojar la goma de mascar a la vía pública, en sitios concurridos, no sólo genera contaminación visual, sino que podría ser el detonante de enfermedades graves como latuberculosis pulmonar, señaló el presidente del Colegio de Médicos de Quintana Roo, Francisco Lara Uscanga.
Un estudio realizado por el Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados (Cinvestav), reveló que un chicle masticado y arrojado o pegado en la vía pública es un foco de infección y un riesgo para la salud de los habitantes, ya que puede albergar hasta 10 mil bacterias y hongos recogidos del medio ambiente en que se encuentra.
A raíz de la observación de este fenómeno en la capital del estado en concurridos lugares como podrían ser la periferia de la Plaza Las Américas, la avenida de los Héroes o la Explanada de la Bandera se cuestionó al representante de los galenos quien calificó al hecho como un mal hábito y a simple vista se observa mal, pero si existe alguna persona con alguna infección que se pueda transmitir por medio de la saliva o de la desecación de algún microorganismo, al entrar éste en contacto con la luz solar y por el efecto del viento, se puede diseminar cualquier y entrar en contacto con otras personas atravesando por las vías respiratorias.
Cada chicle es un foco de contaminación, ya que contiene los microorganismos que tiene la propia persona que lo masticó, por ejemplo, si ésta padece tuberculosis, salmonelosis o un estafilococo, al desecharlo en el piso esas bacterias se esparcirán en el aire, y también será un acumulador del polvo y tierra, reiteró Lara Uscanga.
La boca humana sana alberga una gran variedad de microbios, virus, hongos, protozoos y bacterias. Las más numerosas son las bacterias, de las que hay unos 100 millones por cada milímetro de saliva y más de 600 especies de las cuales aproximadamente la mitad aún no ha sido identificada, afirma el estudio del Cinvestav.
La situación se vuelve preocupante, pues en esta capital el Ayuntamiento no cuenta con el equipo y las herramientas adecuadas para limpiar estos sitios públicos en los que a diario circulan cientos de personas de todas las edades, dentro de las cuales podría haber individuos con problemas de salud tales como la diabetes que deprimen el sistema inmunológico, mismas que podrían ser las víctimas idóneas de este fenómeno, que no se limita catalogarse, como se observa, a un mal hábito.
Lara Uscanga estableció que aunque en el país el sector salud ha tenido controlados los casos de tuberculosis, pueden presentarse casos que pudieran ser resistentes al tratamiento y estar diseminando la enfermedad.
“Pareciera esto un caso fantástico, pero estamos en un mundo de posibilidades por lo que hay que tomar las medidas de precaución para que no suceda, recordemos que cuando apareció enPerú el cólera hace 20 años, no se pensó que luego se presentaría en otros países de América”, recordó.
Finalmente consideró que las autoridades deben promover disposiciones que sancionen este tipo de hábitos, incluyendo el escupir en la calle, para evitar los riesgos a la salud pública y la contaminación visual de la ciudad.


Fuente
Sipse

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