El enorme cartel parece uno más junto a la ruta hacia la playa, cerca de la capital peruana, pero la estructura tiene otro objetivo además del publicitario: convertir la humedad del aire en agua potable para abastecer a un pueblo rodeado de desierto.
En Bujama, a unos 90 km al sur de Lima, las gotas de agua celestes del panel son como un oasis en un paisaje árido y sin color. Allí, las viviendas junto a la carretera son precarias y obtienen agua de mala calidad haciendo un pozo en la tierra.
Debajo de la inmensa estructura del cartel, un tanque conserva los 100 litros de agua que diariamente genera el sistema y los pobladores de la zona se acercan, abren un grifo y llenan recipientes y botellas.
Entre las dos caras del anuncio publicitario, hay instalados cinco generadores que captan la humedad del aire y la transforman en líquido. El agua es purificada mientras circula por un conducto antes de llegar al tanque. Fue creado en conjunto entre la Universidad de Ingeniería y Tecnología de Perú y la agencia Mayo Draft.
"El agua que sacamos en nuestras casas muchas veces está contaminada. En cambio de aquí tenemos agua buena, que podemos usar y beber tranquilos", dijo Francisco Quilca, de 52 años, que vive en la zona y trabaja de vigilante.
Su esposa Wilma Flores comentó que ahora accede a agua que sabe que está bien desinfectada. "Podemos tomarla y lavar las verduras", comentó contenta.
En Lima y sus alrededores, cerca de un millón de habitantes carecen de agua potable y deben llamar a un camión cisterna que los abastezca, a un costo de 1,50 dólar el recipiente de 60 litros.
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