Están atemorizando a las mujeres de Maracaibo y no son precisamente peces sino ladronas armadas con tijeras de podar que «devoran» el cabello para venderlo después a peluquerías por hasta 2.000 bolívares (unos 200 euros al cambio oficial) para fabricar extensiones.
A Francis Medina, un comerciante le salvó de quedarse sin su extensa cabellera. Según relató la joven a la revista Panorama, sintió cómo una persona le tocaba el cabello en un pasillo del mercado Las Playitas, cuando su «salvador» comenzó a hacerle señas. «El chico me abrazó porque la ‘piraña’ venía con la tijera a cortarme el cabello. La gente del pasillo empezó a defenderme y la ‘piraña’ se fue corriendo en medio del alboroto». Entonces se enteró de que en la segunda ciudad más importante de Venezuela roban hasta el cabello.
Mariana Rodríguez contó en Globovisión que caminaba por un popular centro comercial cuando dos mujeres se le acercaron. «Pensé que iban a robarme el celular, porque lo llevaba todo el tiempo en la mano, pero sacaron unas tijeras. No me dieron la oportunidad de pensar, de correr ni nada. Cuando me di cuenta, ya no tenía cabello», dijo.
La empleada de una tienda del centro de Maracaibo recibió una paliza al intentar resistirse a que tres «pirañas» le cortaran su melena cuando se dirigía a su casa tras finalizar su jornada laboral. «Como pudo quiso evitar la agresión, pero esas delincuentes, esas ‘pirañas’, la golpearon duro», relata en Notizulia una amiga. La ayuda de dos transeúntes evitó daños mayores.
Las ladronas de cabello suelen actuar entre las 6,00 y las 7,30 horas de la mañana y por la tarde, tras el cierre de los comercios, en las horas en que los centros comerciales están más desiertos.
«Una práctica común»
Pese a que las autoridades no han recibido ninguna denuncia formal, se ha aumentado la vigilancia en el centro de la ciudad por el incremento de casos, según manifestó a la prensa la alcaldesa de Maracaibo Eveling de Rosales. Las víctimas no denuncian la agresión por el temor a represalias y los sentimientos de frustración y rabia que sienten, según recoge Notihoy.
Empleadas de una peluquería aseguraron a la revista Panorama que el robo de cabello «es una práctica común». El uso de extensiones se ha incrementado un 30%, según el estilista Jhonatan Morales. Su coste varía dependiendo del tipo de cabello, la tonalidad o la cantidad necesaria hasta los 10.000 bolívares. «Nosotros particularmente no le compramos a vendedores ambulantes porque no sabemos su procedenci», asegura.
Maracaibo no es el único lugar en el que se han registrado casos de robo de cabello. En Colombia hay testimonios de estos cortes de pelo forzosos en los últimos años y también en Argentina o Brasil se han notificado casos similares.
«Es el colmo que estén robando el cabello (...) siempre voy con cuidado que no me roben mis pertenencias, pero ahora me entero que me pueden cortar el pelo», señala una venezolana indignada en Panorama.F: ABC.es
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