Saludado por un grupo de periodistas en vez de por prostitutas, el primer cliente que se acercó a un servicio sexual en su vehículo en la noche inaugural de los "garajes sexuales" en Suiza se dio una vuelta por las instalaciones antes de salir apresuradamente.
El segundo auto, un vehículo familiar conducido por un hombre con gafas de sol bajo un encapotado cielo nocturno, no arrancaba y necesitó usar las pinzas de otro coche para volver a ponerlo en marcha frente a una horda de fotógrafos que se burlaban mientras sostenían sus cámaras.
Las autoridades de Zúrich habían dicho que preveían un inicio modesto de los primeros denominados "aparcamientos sexuales", una serie de garajes de madera en un trazado circular donde los clientes a bordo de sus vehículos pueden contratar servicios de prostitutas, a cubierto de fisgones y cámaras de seguridad.
Con una facturación anual estimada de 3.500 millones de francos suizos (3.790 millones de dólares), la prostitución es legal en Suiza desde 1942, y quienes se dedican a la actividad en Zúrich precisan un permiso especial, un seguro sanitario y pagar impuestos.
El número de prostitutas en la nación europeas se ha elevado de forma abrupta en la última década, debido a la legalización del proxenetismo y la solicitud pasiva de sexo además de acuerdos entre Suiza y la Unión Europea para la libre circulación de personas.
Los aparcamientos sexuales, similares a los sistemas instalados en Holanda y Alemania, se ofrecen como un modo de sacar a un gran número de prostitutas y sus clientes de las calles de Suiza, por lo demás inmaculadas.
Cuentan con botones del pánico en cada aparcamiento, duchas, una lavandería y trabajadores sanitarios. Sus partidarios dicen que el sistema ofrece una relativa seguridad a las trabajadoras y privacidad a sus clientes, mientras que reduce las molestias a los vecinos.
Sólo cuatro prostitutas estaban en el lugar al inicio de la noche, pero Ursula Kocher, del departamento de salud de Zúrich, dijo que estaba segura de que más mujeres acudirían al complejo, donde tendrán acceso a anticonceptivos, asesoría y revisiones sanitarias.
(Reporte de Alice Baghdjian. Traducido por Redacción de Madrid. Editado en español por Marion Giraldo) FC: Reuters
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