Tras la polémica suscitada en torno a la eventual invitación del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para asistir a la ceremonia de posesión de Horacio Cartes, el gobierno electo del Paraguay encontró una fórmula diplomática para evitar la presencia del controvertido mandatario en la transmisión del mando presidencial, que tendrá lugar el próximo 15 de agosto.
El pasado viernes, la Comisión encargada de organizar los actos de juramentación del presidente Cartes remitió una circular a las representaciones diplomáticas de los países con los que el Paraguay mantiene plenas relaciones políticas notificando la realización de la ceremonia y destacando que serán bienvenidos al país aquellos mandatarios que deseen participar en la misma.
Altas fuentes del gobierno electo revelaron a Última Hora que el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela es el único país al que no se remitió la citada circular, con lo cual se evitará que Maduro, quien fuera declarado persona no grata por el Congreso tras el juicio político que terminó con la destitución de Fernando Lugo, se haga presente en el país.
En el texto de la misiva también se solicita a las misiones diplomáticas que informen con la debida antelación la participación de sus jefes de Estado o quienes los gobiernos determinen que encabezarán la delegación oficial en la transmisión del mando.
De acuerdo con la información suministrada, uno de los primeros en confirmar su asistencia a los actos del 15 de agosto fue el príncipe Felipe de Asturias, heredero de la corona española.
También el presidente del Uruguay, José Pepe Mujica, había expresado semanas atrás su intención de tomar parte del evento.
Ahora, emitida la circular aludida, es probable que otros mandatarios vayan confirmando su presencia en Asunción en el transcurso de los próximos días y semanas.
Controversia. La controversia en torno a la eventual presencia de Maduro en Paraguay se suscitó pocos días después del triunfo de Horacio Cartes en las elecciones del pasado 21 de abril, cuando la excanciller Leila Rachid, una de las integrantes de su Equipo de Transición, dejó entrever que el presidente venezolano también recibiría una invitación para asistir a la juramentación del mandatario electo.
La declaración fue recibida con ásperas críticas por parte de diversos sectores políticos y sociales, por entender que Maduro había asumido una posición de abierta injerencia en los asuntos internos del país en vísperas de la destitución de Fernando Lugo, cuando en su carácter de canciller de Venezuela integraba una comitiva de ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur que buscaban evitar la remoción del entonces jefe de Estado.
Al mismo tiempo, en distintos ámbitos se consideró que la presencia de Maduro en Asunción plantearía igualmente un delicado desafío en términos de su seguridad personal, ya que varios grupos que se expresaron en contra de su presencia en el Paraguay advirtieron que saldrían a las calles el 15 de agosto para expresar su repudio al polémico sucesor de Hugo Chávez.
En un momento se consideró inclusive la posibilidad de restringir a un carácter estrictamente doméstico la realización del acto; sin embargo, los referentes del gobierno electo estimaron que muchos países amigos, vecinos o con históricos lazos de amistad con el Paraguay podrían considerarse injustamente excluidos de una ceremonia que sin lugar a dudas tiene lógicas resonancias en el ámbito de la política internacional.
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